La hostelería de Santiago se moviliza para exigir un convenio digno y denunciar la precariedad laboral
Denuncian que los beneficios empresariales no repercuten en los trabajadores, que sufren salarios bajos, jornadas abusivas y falta de conciliación

El sector de la hostelería compostelana ha vuelto a las calles este viernes. Los sindicatos CIG, CCOO y UGT se concentraron en Santiago para denunciar la precariedad laboral y exigir un convenio colectivo digno que recoja mejoras salariales y laborales acordes al crecimiento económico que vive el sector.
Beneficios empresariales frente a salarios bajos
Según explicó el secretario comarcal de CIG-Servizos, Roberto Alonso, la patronal ha visto cómo aumentaban sus beneficios en los últimos años gracias a la subida de precios en restauración, hostelería y hoteles. Sin embargo, esas ganancias no se han trasladado a los trabajadores, que siguen soportando una “sobrecarga enorme de trabajo” con salarios que apenas superan el SMI.

Alonso rechazó también la afirmación empresarial de que falta mano de obra porque “la gente no quiere trabajar”. “El problema no es la falta de voluntad”, señaló, “sino unas condiciones pésimas que arrastra históricamente este sector”.
Reivindicaciones sindicales
Los sindicatos reclaman que se reconozcan complementos por trabajar en domingos y festivos, actualmente inexistentes en el sector, y que se adopten medidas reales para facilitar la conciliación de la vida laboral y familiar, como garantizar al menos un fin de semana libre al mes, una propuesta que la patronal rechaza de plano. Asimismo, exigen que se protejan los derechos adquiridos, frente a amenazas de recortes en conceptos como el complemento por Incapacidad Temporal, y denuncian que a día de hoy persisten jornadas abusivas, ausencia de descansos adecuados y un entorno de trabajo que deriva en altas tasas de bajas médicas por lesiones musculoesqueléticas, estrés y fatiga crónica, lo que refleja una situación que consideran insostenible.
Los sindicatos advierten que mantendrán las movilizaciones mientras no se avance en la negociación de un convenio que ponga fin a la cronificación de la precariedad. “No se puede atraer ni retener personal cualificado en un sector que convierte la salud laboral en moneda de cambio”, concluyeron.
